Qué son los PPP?
Sebastián Soler
Cada tanto aparece en el diario un anuncio de una inversión multimillonaria, financiada por capitales privados, destinada a la actualización de la infraestructura pública: rutas, redes eléctricas, acueductos, cárceles entre otras.
Las cifras involucradas son muy elevadas: US$ 26.000 millones en tres años, dijo el Gobierno en septiembre de este año1. ¿De qué habla el Gobierno cuando hace estos anuncios? ¿Qué son los programas de participación público-privada? De acuerdo con el Banco Mundial, esta acepción ha tomado formatos muy diferentes entre países, pero se trata, en lo fundamental, de inversiones en infraestructura pública en las cuales el contratista privado adelanta la financiación para llevar adelante la inversión. Cumplido el plazo establecido en el contrato y a medida que la obra se ejecuta, el sector público tiene que repagar la inversión (incluyendo la utilidad pactada del contratista) y/o garantizar los fondos para que esto suceda, por ejemplo, con la cesión durante muchos años de los peajes, en el caso de las rutas.
La decisión gubernamental de impulsar los programas de PPP se funda en dos motivos: la convicción ideológica de que el sector privado es más eficiente que el Estado aunque la obra a realizar o el servicio a prestar persiga un interés público y la imposibilidad o renuencia a financiar la obra con recursos o endeudamiento directo estatal. Estos programas, sin embargo, tienen sus particularidades y traen aparejado un nivel de riesgo no despreciable.
En primer lugar, y como bien señala la Guía sobre PPP publicada por el Banco Mundial, “en la práctica” el flujo de fondos para repagar un contrato de obra tradicional financiado con deuda pública “puede ser muy similar al flujo de pagos por disponibilidad bajo un PPP para el mismo proyecto... lo cual significa que las ventajas fiscales aparentes de los PPP resultan de peculiaridades contables –las restricciones en las asignaciones de gastos, o la definición de deuda pública–”, y que “en el mejor caso, esto puede generar cuestiones presupuestarias; y en el peor, permitirle a los gobiernos utilizar los PPP para sortear sus propios límites prudenciales presupuestarios y de deuda pública”. Dicho de otro modo, se trata de un formato que favorece el endeudamiento diferido por parte del Estado o que queda “fuera del radar” de los indicadores normalmente utilizados para realizar el seguimiento de la deuda pública.
Revista Fide, Coyuntura y Desarrollo nº 379, 15 de diciembre de 2017.
Para acceder al artículo completo, Usted puede suscribirse comunicándose con Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., o adquirir este número solamente.
