LAS NUEVAS CIFRAS DEL INDEC: ¿Pobreza cero?

(Tiempo estimado: 2 - 3 minutos)

Andrés Asiain.
Director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz

La difusión del porcentaje de población bajo la línea de pobreza e indigencia por parte del INDEC es un paso hacia adelante en la recuperación de las estadísticas nacionales.

Más allá de las limitaciones que pueda tener ese estilo de mediciones, son de gran valor para poder evaluar el éxito y fracaso de las políticas públicas y los programas económicos en relación a la calidad de vida de la población. Sin embargo, el porcentaje de pobreza o indigencia en un determinado momento del tiempo es una información relevante, pero limitada. Especialmente si esa medición no es comparable con las estimaciones de otros períodos e impide responder consultas tales como: ¿se incrementó la pobreza y la indigencia respecto al año pasado?, ¿los niveles actuales son similares a los de algún año anterior?

La dificultad para comparar los porcentajes de población por debajo de la línea de pobreza e indigencia difundidos por el INDEC no se debe tan sólo a la discontinuidad de su publicación por la gestión anterior, sino también a la introducción de cambios metodológicos no totalmente especificados, que la vuelven incomparable con las estimaciones anteriores del organismo (aún las previas a su intervención) e, incluso, con las múltiples estimaciones privadas surgidas en los últimos años.

Evolución de la pobreza e indigencia (2003-2016)

Una de las mediciones de pobreza más utilizadas (al menos, en los países de ingresos medios y bajos), es aquélla que calcula el costo monetario de adquirir una serie de alimentos, o Canasta Básica de Alimentos (CBA), y de otros bienes y servicios no alimentarios (vestimenta, transporte, educación, salud, etc.), con el fin de obtener el valor de una Canasta Básica Total (CBT), que se juzga necesaria para satisfacer un conjunto de necesidades (alimentarias y no alimentarias) consideradas esenciales. Una vez estimado el valor de esas canastas (CBA y CBT) para cada hogar (teniendo en cuenta la cantidad de integrantes, sus edades y sexo), estamos en condiciones de saber cuáles (de estos hogares) pueden cubrirlas (o no) con sus ingresos. La población que tiene ingresos por debajo de la CBA es considerada indigente, y la que tiene ingresos por debajo de la CBT es considera pobre.

Un cambio en la metodología aplicada para medir las canastas introduce discontinuidades en las series históricas de medición de pobreza e indigencia, e impide su comparación a lo largo del tiempo. La reciente medición del INDEC incorpora cambios metodológicos de ese tipo. Sin embargo, utilizando la evolución de los índices de precios de los institutos de estadística provinciales, se puede llevar hacia atrás las “nuevas” CBA y CBT para el período 2003-2016.


Revista Fide, Coyuntura y Desarrollo nº 371, 22 de octubre de 2016.

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